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domingo, 25 de mayo de 2014

EDAD MEDIA

Arte medieval

El arte medieval es una etapa de la historia del arte que cubre un prolongado período para una enorme extensión espacial. La Edad Media -del siglo V al siglo XV- supone más de mil años de arte en Europa, el Oriente Medio y África del Norte. Incluye movimientos artísticos principales y distintos períodos, artes nacionales, regionales y locales, diferentes géneros, periodos de florecimiento a los que se ha venido en llamar renacimientos, las obras de arte, y los propios artistas (que en la Alta Edad Media permanecían en el anonimato de una condición artesanal de poco prestigio social, como los demás oficios establecidos en régimen gremial, mientras que en los últimos siglos de la Baja Edad Media, sobre todo en el siglo XV, alcanzarán la consideración de cultivadores de las bellas artes, aumentando en consideración social y preparación intelectual).



En la Antigüedad tardía se integró la herencia artística clásica del Imperio romano con las aportaciones del cristianismo primitivo y de la vigorosa cultura "bárbara" de los pueblos protagonistas de la época de las invasiones (procedentes de la Europa del Norte -pueblos germánicos-, de la Europa oriental -pueblos eslavos, magiares- o de Oriente -árabes, turcos, mongoles-), produciéndose peculiarísimas síntesis artísticas. La historia de arte medieval puede ser vista como la historia de la interacción entre elementos procedentes de todas esas fuentes culturales. Los historiadores de arte clasifican el arte medieval en períodos y movimientos: arte paleocristiano, arte prerrománico, románico, gótico (en Europa Occidental -la cristiandad latina-), arte bizantino (en el Imperio bizantino -la cristiandad oriental-) y arte islámico (en el mundo islámico), con influencias mutuas. Además, identifican estilos locales diferenciados, como el arte visigodo, el arte andalusí, el arte asturiano, el arte anglosajón, el arte carolingio o el arte vikingo; y estilos marcadamente sincréticos, como el arte hiberno-sajón, el arte árabe-normando, el arte mozárabe o el arte mudéjar.

El arte medieval se expresó en muy distintos medios a través de diferentes disciplinas artísticas, técnicas y géneros: arquitectura, escultura, orfebrería, manuscritos ilustrados (la miniatura y la caligrafía), frescos, pintura en tabla, mosaicos, y un largo etcétera, en el que se incluyen artes y oficios no incluidos habitualmente en las bellas artes, como la confección de la indumentaria medieval.


Función del arte durante la edad media


Las obras de arte medievales surgieron en un contexto en el que no existía el concepto de arte como fin en sí mismo ni el de la belleza como su objetivo, ni si quiera el concepto mismo de artista o de bellas artes (sino el de artes mecánicas, diferenciadas de las liberales). El objeto artístico medieval tenía, en el seno de la sociedad en que era producido, un carácter básicamente funcional. Para el medievalista francés Georges Duby, la obra de arte medieval cumplía fundamentalmente tres cometidos:
1; Ser una ofrenda a Dios, a los santos o a los difuntos, con el fin de obtener su gracia, su indulgencia, etc. Es por ello que el hombre medieval (incluso aquellos, como San Francisco de Asís, que promovían la pobreza) no dudaba de la legitimidad de la riqueza de los adornos de las iglesias, monasterios u otros lugares de culto, puesto que esta riqueza era vista como una ofrenda necesaria a Dios, para la cual eran necesarios los mejores materiales y las mejores técnicas.
Ser intermediaria entre el mundo sobrenatural y el humano, haciendo visible en este las realidades divinas, según la máxima paulina per visibilia ad invisibilia (a través de lo visible hacia lo invisible). Se suele atribuir a las imágenes medievales una función pedagógica: explicar los dogmas de la fe cristiana y la historia sagrada a los iletrados (el catecismo de piedra), si bien no todos los expertos están de acuerdo sobre este punto.
2, Ser una afirmación de poder: por un lado, del poder de Dios y de la Iglesia (el poder religioso); por otro, del poder político (emperadores, reyes, y las mismas instituciones eclesiásticas). A finales de la Edad Media van surgiendo en otros agentes sociales los medios suficientes para encargar obras de arte (la burguesía).




Georges Duby (1919-1996), uno de los mayores medievalistas franceses del siglo XX.


 MOVIMIENTOS ARTÍSTICOS Y PERIODOS PRINCIPALES




El ARTE PALEO-CRISTIANO

Al estilo de arte que se desarrolla durante los seis primeros siglos de nuestra era, desde la aparición del cristianismo, durante la dominación romana, hasta la invasión de los pueblos bárbaros, aunque en Oriente tiene su continuación, tras la escisión del Imperio, en el llamado arte bizantino.

En Occidente, Roma es el centro y símbolo de la cristiandad, por lo que en ella se producen las primeras manifestaciones artísticas de los primitivos cristianos o paleocristianos, recibiendo un gran influjo del arte romano tanto en la arquitectura como en las artes figurativas. Lo mismo que la historia del cristianismo en sus primeros momentos, en el arte se distinguen dos etapas, separadas por la promulgación del Edicto de Milán por Constantino en el año 313, otorgando a los cristianos plenos derechos de manifestación pública de sus creencias.




CATATUMBAS

Hasta el año 315, el arte escultórico de los cristianos se centró en la excavación de las catacumbas y el reforzamiento de sus estructuras. Éstas eran cementerios romanos, excavados, en un principio, en los jardines de algunas casas de patricias cristianos, como las de Domitila y Priscila en Roma. Más tarde en el siglo V, y ante el aumento de creyentes, estos cementerios se hicieron insuficientes adquiriendo terrenos en las afueras de las urbes donde surgen los cementerios públicos, en los que se excavan sucesivos pisos formando las características catacumbas que ahora conocemos.
La primera vez que se aplicó el término catacumba es a la de San Sebastián en Roma. El cementerio o catacumba se organiza en varias partes: estrechas galerías (ambulacrum) con nichos longitudinales (loculi) en las paredes para el enterramiento de los cadáveres. En algunos enterramientos se destacaba la notabilidad de la persona enterrada, cobijando su tumba bajo un arco semicircular (arcosolium).
En el siglo IV en el cruce de las galerías o en los finales de las mismas se abrieron unos ensanchamientos (cubiculum) para la realización de algunas ceremonias litúrgicas. Las catacumbas se completaban al exterior con una edificación al aire libre, a modo de templete (cella memoriae) indicativa de un resto de reliquias que gozaban de especial veneración. Entre las catacumbas más importantes, además de las ya citadas, destacan las de San Calixto en Santa María de Trastevere, Santa Constanza y Santa Inés en Sant'Agnese in Agone, todas ellas en Roma, aunque también las hubo en Nápoles, Alejandría y Asia Menor.


Catatumba de san Calixto, hoy día agrupa 6 cementerios.


BASÍLICAS

En los templos de culto paganos las procesiones y sacrificios se celebraban al aire libre y en el interior sólo estaba el altar del dios. Estos templos eran muy pequeños. En el Imperio de Constantino surgió la necesidad de utilizar edificios con mayor capacidad para el culto cristiano. Las nuevas iglesias cristianas necesitaban más espacio para contener a los fieles que se acercaban a orar dentro del templo. Es por eso que las iglesias no tomaron de modelo los templos paganos sino que tomaron las grandes salas de reuniones públicas que ya eran conocidas con el nombre de basílicas.
Por eso, a finales del siglo IV y a comienzos del siglo V, comenzaron a suprimirse las iglesias de formas irregulares para reemplazarlas por iglesias de forma regular, es decir, basílicas regulares, de tres naves con un ábside en uno de los lados menores y en el otro lado menor la entrada frente al coro. En todo el Imperio quedó asociado el concepto de iglesia con el de basílica.

Basílica de San Juan de Letrán, construida por el emperador Constantino en el siglo IV

  
ARTE PALEO-CRISTIANO EN ESPAÑA

Constituye la etapa final de la influencia romana. El cambio cultural que se opera durante los siglos II al IV tuvo en la Península poca vigencia, pues las invasiones de los pueblos germánicos se inician en el año 409. Pese a ello, y cada vez más, han aparecido abundantes testimonios de la vitalidad del arte paleocristiano hispano.
En arquitectura hay que citar las casas patricias de Mérida y Fraga, adecuadas al culto, en Ampurias, una basílica de una nave, en San Pedro de Alcántara, en Málaga una basílica con dos ábsides contrapuestos, y en Lugo la iglesia subterránea de planta basilical de Santa Eulalia de Bóveda.



Iglesia subterránea de planta basilical Santa Eulalia de Bóveda.


ESCULTURA

La escultura de la época se halla especialmente representada por los sarcófagos decorados con temas del Crismón, estrígilos, escenas bíblicas y representaciones alegóricas. Entre ellos se destacan el de Leocadius en Tarragona y el de Santa Engracia en Zaragoza. También se conservan algunas estatuas exentas, como varias con el tema del Buen Pastor, laudas sepulcrales y mosaicos que por su técnica y sentido del color siguen los modelos romanos.

Sarcófago, de Leocadius en Tarragona.


Características:
v Se limitan a evocar un pequeño número de figuras y de diversos objetos.
v La variedad de colores es limitada.
v Es una pintura, que más que figurar, sugiere.
v Las figuras se dirigen al espectador. Normalmente están de frente, sin embargo no es lo mismo que frontalidad.
v La esencia de la divinidad es imposible de representar. Resulta difícil encontrar representaciones divinas, aunque a partir del s. IV podremos encontrarnos algunas representaciones.
v Desde un punto de vista formal es habitual la jerarquización de las figuras (siendo las figuras más importantes las más grandes), la perspectiva inversa (las figuras que están detrás tienen mayor tamaño), la desproporción, el interés en el gesto y, excepcionalmente, el desnudo, que iría desapareciendo poco a poco.
v Uso de catacumbas, que derivaría en panteones públicos.


El ARTE BIZANTINO

Es una expresión artística que se configura a partir del siglo VI, fuertemente enraizada en el mundo helenístico, como continuadora del arte paleocristiano oriental. En sus primeros momentos, Bizancio se consideró como el continuador natural, en los países del Mediterráneo oriental, del Imperio romano, siendo transmisor de formas artísticas que influyen poderosamente en la cultura occidental medieval. Los períodos del arte bizantino se ajustan, como es frecuente, a las grandes fases de su historia política.




Primera Edad de Oro Bizantina: 527 - 726, año en el que aparece la querella iconoclasta. La época dorada de este arte coincide con la época de Justiniano.

Emperador Justiniano.



 Segunda Edad de Oro Bizantina: 913 - 1204, momento en que los cruzados destruyen Constantinopla.




Caída de Constantinopla.


 Tercera Edad de Oro Bizantina: 1261 - 1453, cuando los turcos toman Constantinopla.
Ataque turco contra las murallas de Constantinopla.



ARQUITECTURA BIZANTINA

En la Primera Edad de Oro, época de Justiniano I, siglo VI, se realizan las más grandiosas obras arquitectónicas que ponen de manifiesto los caracteres técnicos y materiales, así como el sentido constructivo que caracteriza el arte bizantino de este período. Del mundo romano y paleocristiano oriental mantuvo varios elementos tales como materiales de ladrillo y piedra para revestimientos exteriores e interiores de mosaico, arquerías de medio punto, columna clásica como soporte, etc. Pero también aportaron nuevos rasgos entre los que se destaca la nueva concepción dinámica de los elementos y un novedoso sentido espacial y, sobre todo, su aportación más importante, el empleo sistemático de la cubierta abovedada, especialmente la cúpula sobre pechinas, es decir, triángulos esféricos en los ángulos que facilitan el paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula. Estas bóvedas semiesféricas se construían mediante hiladas concéntricas de ladrillo, a modo de coronas de radio decreciente reforzadas exteriormente con mortero, y eran concebidas como una imagen simbólica del cosmos divino.
La primera obra cristiana, del primer tercio del siglo VI, es la Iglesia de San Sergio y San Baco, en Constantinopla (527-536), edificio de planta central cuadrada con octógono en el centro cubierto medio maricoiante cúpula gallonada sobre ocho pilares y nave en su entorno. A este mismo momento de la primera mitad del siglo V, corresponde la iglesia rectangular con dos cúpulas de la Santa Paz o de Santa Irene, también en Constantinopla. Pero la obra cumbre de la arquitectura bizantina es la Iglesia de Santa Sofía, iglesia de la divina sabiduría, dedicada a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, construida por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, entre los años 532 y 537, siguiendo las órdenes directas del emperador Justiniano I. También fue importante la desaparecida iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla, proyectada como mausoleo imperial e inspirada en la iglesia de San Juan de Éfeso, ofrecía un modelo de planta de cruz griega con cinco cúpulas ampliamente imitada en todo el mundo bizantino, por ejemplo en la famosa iglesia bizantina de San Marcos de Venecia, obra del siglo XI.





Iglesia de San Sergio y San Baco, en Constantinopla (527-536).


En la Segunda Edad de Oro predominan las iglesias de planta de cruz griega con cubierta de cúpulas realzadas sobre tambor y con una prominente cornisa ondulada en la base exterior. Este tipo nuevo de iglesia se plasma en la desaparecida iglesia de Nea de Constantinopla (881), construida por Basilio I. A este mismo esquema compositivo corresponde la catedral de Atenas, la iglesia del monasterio de Daphni, que usa trompas en lugar de pechinas, y los conjuntos monásticos del Monte Athos en Grecia. En Italia descolla la anteriormente citada basílica de San Marcos de Venecia, del año 1063, planta de cruz griega inscrita en un rectángulo y cubierta con cinco cúpulas sobre tambor, una sobre el crucero y cuatro en los brazos de la cruz, asemejándose en su estructura a la desaparecida iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla. En esta Segunda Edad de Oro el arte bizantino se extendió a la zona rusa de Armenia, en Kiev se construye la iglesia de Santa Sofía en el año 1017, siguiendo fielmente los influjos de la arquitectura de Constantinopla se estructuró en forma basilical de cinco naves terminadas en ábsides, en Novgorod se levantan las iglesias de San Jorge y de Santa Sofía, ambas de planta central.

En Novgorod se levanta la iglesia  de, Santa Sofía.


Durante la Tercera Edad de Oro, entre los siglos XIII y XV el arte bizantino se sigue extendiendo por Europa y Rusia, predominando las plantas de iglesias cubiertas mediante cúpulas abultadas sobre tambores circulares o poligonales. A esta etapa corresponden en Grecia la iglesia de los Santos Apóstoles de Salónica, del siglo XIV, la iglesia de Mistra, en el Peloponeso, y algunos monasterios del Monte Athos. Asimismo se multiplican los templos bizantinos por los valles del Danubio, por Rumania y Bulgaria, llegando hasta las tierras rusas de Moscú donde sobresale la iglesia de la Asunción del Kremlin, en la Plaza Roja, realizada en tiempos de Iván el Terrible (1555-1560), cuyas cinco cúpulas, la más alta y esbelta en el crucero y otras cuatro situadas en los ángulos que forman los brazos de la cruz, resaltan por su coloración, por los elevados tambores y por su característicos perfiles bulbosos.
La Catedral de la Asunción de Moscú, es la más antigua, más grande y más importante de muchas iglesias del Kremlin.


ARTES FIGURATIVAS BIZANTINAS

La pintura y los mosaicos bizantinos, más que su escultura, han tenido una singular importancia en la historia de las formas de representación plástica, por cuanto que han servido de puente a los modelos cristianos orientales hacia Europa, así como a la transmisión de las formas clásicas cuando en Occidente había desaparecido por la acción de los pueblos bárbaros, y por último, el arte bizantino ha sido la fuente principal en la fijación de la iconografía occidental.
Arte religioso medieval, cultura Occidental.


  
ESCULTURA BIZANTINA

La plástica escultórica bizantina supuso la culminación del arte paleocristiano, manteniendo sus técnicas y su estética de progresivo alejamiento de las cualidades clásicas: la mayor rigidez, la repetición de modelos estereotipados, la preferencia del bajorrelieve a las obras de bulto redondo.
Las obras más destacadas son las labores ornamentales de los capiteles con motivos vegetales y animales afrontados como son los de San Vital de Rávena o los sarcófagos de la misma ciudad en los que se representan los temas del Buen Pastor. Pero las obras capitales de la escultura bizantina son las pequeñas obras, dípticos y cajas, talladas en marfil, destacándose el díptico Barberini, Museo del Louvre, del siglo V, o la célebre Cátedra del obispo Maximiano, en Rávena, tallada hacia el año 533 sobre placas de marfil con minucioso trabajo.

En Rávena, tallada hacia el año 533 sobre placas de marfil con minucioso trabajo. Museo del Louvre. Cátedra del obispo Maximiano


MOZAICO Y PINTURA BIZANTINOS

El gusto por la riqueza y la suntuosidad ornamental del arte bizantino, eminentemente áulico, exigía el revestimiento de los muros de sus templos con mosaicos, no sólo para ocultar la pobreza de los materiales usados, sino también como un medio para expresar la religiosidad y el carácter del poder imperial
De la Primera Edad de Oro, el conjunto más importante es el de Rávena, que enlaza con los mosaicos paleocristianos del siglo V: en las iglesias de San Apolinar Nuevo y San Apolinar in Clase se cubre sus muros superiores con mosaicos que representan, en la primera un cortejo procesional, encabezado por los Reyes Magos, hacia la Theotokos o Madre de Dios.

Mosaico que representa loa tres reyes magos caminando hacia la madre



Terminada la lucha iconoclasta, a mediados del siglo IX es cuando verdaderamente se configura la estética bizantina y su iconografía
Surgirá una nueva Edad de Oro, la segunda, que supondrá el apogeo de las artes figurativas, irradiando su influjo al arte islámico, por entonces en formación, y al naciente arte románico europeo. Las figuras acusan una cierta rigidez y monotonía, pero muy expresivas en su simbolismo, con evidente desprecio del natural y las leyes espaciales; son alargadas y con un aspecto de cierta deshumanización.




Esposa Teodora y su corte. Siglo VI y las caras son retratos idealizados. En la Segunda Edad de Oro



Durante la Tercera Edad de Oro el mosaico continuó en uso hasta el siglo XIII, en esta época se enriquece la iconografía de los ciclos "marianos", de los santos y evangélicos, a la vez, que por influjos italianos, se aprecia una mayor libertad compositiva y una evidente manierismo en las estilizaciones. Destruidos los mosaicos de Constantinopla quedan como únicas referencias los de San Marcos de Venecia, con abundante empleo del dorado que ejercerán un marcada influencia en las obras góticas de Cimabue, Duccio y otros pintores italianos.
La pintura sustituye al mosaico en esta Tercera Era, contando con el precedente de los interesantes conjuntos de iglesias rupestres de Capadocia, en Asia Menor. Son importantes los talleres rusos de Novgorod y Moscú, donde trabaja Teófanes el griego, fresquista y pintor sobre tabla en el siglo XIV, y en la centuria siguiente se destaca como obra maestra la Virgen de Vladímir (Moscú) y el monje Andrés Rubliov especialmente a través de su icono de la Trinidad, este icono del siglo XV es considerado como el más importante icono bizantino de la escuela rusa, representa a la Trinidad a través de la escena bíblica llamada visión de Manré, es decir tres ángeles que se aparecen al patriarca Abraham.


Un monje ruso del s., San Andrés Rubliov, (canonizado en 1988, la iglesia ortodoxa rusa)


EL ARTE ISLÁMICO

Se conoce el estilo artístico desarrollado en la cultura generada por la religión islámica. El arte islámico tiene una cierta unidad estilística, debido al desplazamiento de los artistas, comerciantes, mecenas y obreros. El empleo de una escritura común en todo el mundo islámico y el desarrollo de la caligrafía refuerzan esta idea de unidad. Concedieron gran importancia a la geometría y a la decoración que podía ser de tres tipos:


ü Caligrafía cúfica: mediante versículos del Corán.


Manuscrito del siglo XI del Corán escrito en caligrafía cúfica.


ü Lacería: mediante líneas entrelazadas formando estrellas o polígonos.




Azulejo de lacería.


ü Ataurique: mediante dibujos vegetales.


Panel del Ara Pacis en Roma (ca. 27 dC), uno de los primeros arabescos conocidos.


EL ARTE OMEYA


Entre los Omeyas, la arquitectura religiosa y civil crece con la introducción de nuevos conceptos y diseños. De este modo, el plano árabe, con patio y sala de oración hipóstila, se convierte en un plano-modelo a partir de la construcción, en el lugar más sagrado de la ciudad de Damasco - en el antiguo templo de Júpiter y en el lugar donde estuvo la Basílica de San Juan Bautista  de la Gran Mezquita de los Omeyas. El edificio fue un importante hito para que los constructores (y los historiadores del arte) situaran allí el nacimiento del plano árabe. Sin embargo, recientes trabajos de Myriam Rosen-Ayalon nos sugieren que el plano árabe nació un poco antes, con el primer proyecto que se hizo para construir la Mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén.
La Cúpula de la Roca en Jerusalén es, sin duda, uno de los edificios más importantes de toda la arquitectura islámica, caracterizado por una fuerte influencia bizantina (mosaicos con fondo de oro, plano centrado que recuerda el del Santo Sepulcro), pero que ya tiene elementos puramente islámicos, como el gran friso con inscripciones religiosas del Corán. Su modelo no se propagó, y el que Oleg Grabar considera como el primer monumento que fue una gran creación estética del islam, quedó sin posteridad.


La Cúpula de la Roca en Jerusalén, santuario del Islam está en Haram el Sherif, también conocido como Explanada del Templo.

ARTE Y LITERATUTA


Sin embargo, no todo el arte islámico es religioso, y los artistas también utilizaron otras fuentes, entre ellas la literatura. La literatura persa, como el Shahnamé, la epopeya nacional compuesta a principios del siglo X por el poeta persa Ferdousí, los Cinco Poemas o Jamsé de Nezamí en el (siglo XII), es también una fuente importante de inspiración para muchos motivos que se encuentran tanto en el arte del libro como en los objetos (cerámicas, tapices, etc.)
La literatura árabe no es la única con representaciones; las fábulas de origen indio Calila y Dimna o el Maqamat de Al-Hariri y otros textos fueron frecuentemente ilustrados en los talleres de Bagdad o Siria.


EL ARTE PRERROMÁNICO

Cubre el periodo del siglo V al siglo X en Europa Occidental. Las influencias clásicas y las germánicas son activamente son absorbidas y se desarrolla la semilla de la que más tarde surgiría el arte románico. Se divide en distintos estilos locales.
Detalle arquitectónico de San Miguel de Lillo, arte asturiano (siglo IX).


El arte del período de las migraciones es el de los pueblos germánicos y eslavos, de la Europa del Norte y del Este durante las invasiones bárbaras o Período de Migración de Pueblos (aproximadamente 300-900), incluyendo también el período temprano del arte Hiberno-Sajón en Gran Bretaña e Irlanda. Esta influencia actuó recíprocamente con el arte cristiano, así como el estilo animal y el estilo polícromo.
Distintos estilos locales desarrollados a partir del establecimiento de reinos germánicos en:

·       Italia, con escasos monumentos ostrogodos y la más decisiva presencia del arte bizantino.
Tumba del Godo Teodorico, en Italia.


·       España, principalmente el Arte visigodo, el Arte asturiano y el Arte mozárabe o Arte de repoblación.



Pintura visigoda, Se suelen representar temas como el diluvio y se utilizan los colores son convencionales.



·       Francia y las zonas centrales del Imperio carolingio desarrollan el Arte carolingio a partir del reinado de Carlomagno (finales del siglo VIII).


Arquitectura Carolingia, es una restauración de la arquitectura, debido al empeño que tuvo Carlomagno para fomentar la cultura


·       Alemania, el Arte otoniano, desde mediados del siglo X a mediados del XI.
Es un arte pre románico que se origina en Alemania a mediados del siglo X.


·       Irlanda (donde no llegaron a establecerse reinos germánicos) y Gran Bretaña (donde sí), habitadas desde la antigüedad por pueblos de origen celta, cuyas producciones de la época pueden denominarse arte celta medieval; desde aproximadamente el siglo V -retirada romana-, a aproximadamente la introducción del arte románico en el siglo XII -con la conquista normanda-. Del siglo V al VII se produce principalmente una continuación de la Edad Antigua: la cultura material de la Edad de hierro tardía (cultura de La Tène) con algunas modificaciones romanas; mientras que en los siglos VII y VIII se realizó una fusión con las tradiciones germánicas por el contacto con los anglosajones: lo que llaman el estilo Hiberno-Sajón o el Arte Insular; y finalmente algunas inspiraciones vikingas.


                                  Filigrana vikinga en bronce del siglo XI.


BAJA EDAD MEDIA


Dos estilos internacionales marcan la época, dividiéndola en dos mitades: el arte románico los siglos XI y XII y el arte gótico, que comienza en Francia a mediados del XII y se va imponiendo en el resto de Europa Occidental en el siglo XIII y el XIV. El siglo XV significará el final de la Edad Media y la irrupción del nuevo arte de la Edad Moderna. El nombre románico es utilizado a partir de los historiadores de arte del siglo XIX, para compararlo con la arquitectura romana antigua; mientras que el término gótico es un despectivo utilizado por los artistas y tratadistas de arte del Renacimiento para designar a todo el arte medieval (incluido lo que hoy llamamos prerrománico y románico), que consideraban una degeneración del arte clásico de Grecia y Roma contaminado por los godos (por tanto, gótico).

Arte Románico Español, representa 3 galgos o lebreles en plena caza s. XI, XII y principios del XIII.



Catedral Primada de Toledo, sede de la Archidiócesis de Toledo, es un edificio considerado como la magnum opus del estilo, ARTE GÓTICO 


LAS DOS GRANDES ÉPOCAS

En la arquitectura románica los edificios se caracterizan por sus macizos muros y contrafuertes para sostener una robusta bóveda de cañón, basada en el arco de medio punto. Las estructuras, por comparación con el gótico, son de escasa altura y con pocos vanos, lo que implica una menor entrada de luz, que se intenta compensar con el abocina miento de las arquivoltas de pórticos y ventanales. Subordinada al soporte arquitectónico, la profusa decoración escultórica (capiteles, tímpanos) y pictórica (frescos en los ábsides y paredes interiores), de líneas muy marcadas y colores planos, formas geometrizantes y hieráticas, convertía a los templos en verdaderos evangelios de los iletrados.

La arquitectura gótica nace a mediados del siglo XII en la región francesa, con la renovación de la iglesia de la abadía de Saint-Denis: la introducción del arco apuntado, la bóveda de crucería y los arbotantes que desplazaban el peso de las bóvedas a contrafuertes exteriores, dejando la posibilidad de aligerar los muros para conseguir construcciones de una altura extraordinaria y llenas de luz. La escultura gótica también se puede asociar al gótico arquitectónico francés que se extendió a todas partes de Europa. El siglo XIII permite hablar de un estilo internacional sustituyendo el arte románico. El gótico internacional caracteriza al periodo de aproximadamente 1360 a 1430, después del cual el gótico en distintas partes de Europa va combinándose con aportaciones del Renacimiento que está surgiendo en Italia; aunque en muchos lugares siguen haciéndose edificios góticos hasta el siglo XVI, denominados con distintos nombres de estilo (en el norte de Europa gótico flamígero, gótico tardío o flamboyant y estilo Tudor, y en la Península Ibérica gótico isabelino plateresco y manuelino). Los cambios pictóricos no comenzaron a ser suficientes para hablar de un estilo diferente al románico hasta comienzos del siglo XIII, caracterizado por una mayor expresión de sentimientos y un mayor realismo o naturalismo en la representación de la realidad. La utilización del soporte tabla y la técnica del temple se hace muy extensiva, produciendo retablos, dípticos, trípticos y polítpticos, que permiten un tamaño mayor o menor, la posibilidad de un arte mueble y su comercialización, respondiendo al aumento de los clientes del mercado del arte, que ya no se reducen a las instituciones eclesiásticas, sino que incluyen a las monarquías, las casas nobles y a la pujante burguesía. Al final del período se introduce la innovación tecnológica del grabado, que permitió el nacimiento de un nuevo medio de comunicación a través de las múltiples copias. En el siglo XV aparecerá la pintura al óleo, que permite un extraordinario detallismo.

La técnica de la pintura al óleo, llamada también al aceite, es la más plenamente utilizada desde el siglo XV hasta la actualidad.


EGIPTO

El antiguo nombre del país, Keemett (km.t), o ‘tierra negra’, deriva de los fértiles limos negros depositados por las inundaciones del Nilo, distintos de la ‘tierra roja’ (dsr.t) del desierto. El nombre se transformó en kīmi y kīmə en la etapa copta de la lengua egipcia, y fue traducido al primitivo griego como Χημία (Jemía).

Mir, el nombre oficial árabe (مصر) de Egipto es de origen semítico que significa "estrecho". El nombre hebreo para Egipto es מִצְרַיִם (mitzráyim), que significa literalmente ‘dos estrechos’, por una referencia a la separación histórica en el Alto y Bajo Egipto. Mir significaba originalmente ‘metrópoli’, ‘civilización’ y también ‘país’ o ‘tierra fronteriza’. El nombre مصر deriva de la raíz semítica صار (r), que indica angostura. Algunos dicen que la etimología de la palabra hebrea מַצֵר (metzar) deriva de la raíz צור (r, صار) y el prefijo מֵ (me). מַצֵר también es escrita מֵיצַר (meytzar). Otros dicen que deriva de מֵי (mey), agua, y צֵר (tzar), angosto.

El nombre en español, Egipto, proviene del latín Aegyptus, derivado a su vez de la palabra griega Αίγυπτος (Aigyptos). El término fue adoptado en copto como Gyptios, y pasó al árabe como Qubt. Se ha sugerido que la palabra es una corrupción de la frase egipcia wt-k3-pt, que significa ‘casa del espíritu (ka) de Ptah’, el nombre de un templo al dios Ptah en Menfis. Según Estrabón, el término griego Aigyptos significaba ‘más allá del Egeo’ (Aγαίου πτίως, Aegaeon uptiōs).


La Biblia hace referencia a Egipto y sus habitantes más de 700 veces. A Egipto por lo general se le llama Mizraim (Mits·rá·yim) en las Escrituras Hebreas, seguramente debido a la importancia o preponderancia de los descendientes de ese hijo de Cam en dicha región. (Gé 10:6.) En algunos salmos se le denomina “la tierra de Cam”





Antiguo Egipto
La Gran Esfinge y las pirámides de Guiza, construidas durante el Imperio Antiguo de Egipto.
La riqueza que aportaba el fértil limo tras las inundaciones anuales del río Nilo, junto a la ausencia de poderosos pueblos por su aislamiento, debido a que el valle del Nilo está situado entre dos amplias zonas desérticas, permitieron el desarrollo de una de las primeras y más deslumbrantes civilizaciones en la historia de la humanidad.

Los primeros pobladores de Egipto, alcanzaron las riberas del Nilo, por entonces un conglomerado de marismas y foco de paludismo, escapando de la desertización del Sahara. Las primeras comunidades hicieron habitable el país, y se estructuraron en regiones llamadas nomos. Pasado el tiempo y tras épocas de acuerdos y disputas los nomos se agruparon en dos proto-naciones, denominadas el Alto y el Bajo Egipto alrededor del año 4000 a. C. Egipto se unifica alrededor del año 3100 a. C., desde el faraón Menes (Narmer en su nombre egipcio).


La historia del Antiguo Egipto se divide en tres imperios con períodos intermedios de conflictos internos y dominación por gobernantes extranjeros. El Imperio Antiguo se caracterizó por el florecimiento de las artes y la construcción de inmensas pirámides. Durante el Imperio Medio (2050-1800 a. C.), tras una etapa de descentralización, Egipto conoció un período de esplendor en su economía. En el Imperio Nuevo (1567-1085 a. C.) la monarquía egipcia alcanzó su edad dorada conquistando a los pueblos vecinos y expandiendo sus dominios bajo la dirección de los faraones de la dinastía XVIII. La última dinastía fue derrocada por los persas en el año 341 a. C., quienes a su vez fueron reemplazados por gobernantes griegos y romanos, periodo que comenzó hacia el año 30 a. C. como resultado de la derrota de Cleopatra y Marco Antonio en la batalla de Actium, que trajo siete siglos de paz relativa y estabilidad económica. Desde mediados del siglo IV,






DEL EGIPTO MEDIEVAL A LA FORMACIÓN DEL ESTADO MODERNO


Tras la muerte de Mahoma, en 642, se produce la invasión árabe, que asume el gobierno del país con el beneplácito de los pobladores de entonces, los cristianos coptos. Los árabes introdujeron el islamismo y el idioma árabe en el siglo VII y gobernaron los siguientes seis siglos. A finales del siglo X, durante un breve tiempo los Fatamidas se hicieron con el gobierno. Vendrá a continuación la época de Saladino que supondrá un renacimiento cultural y económico favorecido por el espíritu de la Jihad, guerra santa en respuesta a las cruzadas cristianas. Entre 1250 y 1517, los Mamelucos, que eran parte de una casta militar local, tomaron el control del gobierno alrededor del año 1250, derrotaron a los mongoles en su avance imparable por Asia, pero fueron incapaces de impedir la ocupación del país y el control del gobierno por parte de los turcos otomanos en 1517. Bajo el gobierno otomano, Egipto quedó relegado a una posición marginal dentro del gran Imperio otomano. Aunque los Mamelucos recuperaron el poder por un breve periodo, en 1798 el ejército de Napoleón ocupó el país. Tampoco duró mucho la ocupación francesa, que apenas dejó huella aunque supuso el comienzo de los estudios egiptológicos sobre la cultura antigua.
Tras la salida de las tropas francesas, hubo una serie de guerras civiles entre otomanos, mamelucos y mercenarios albaneses, hasta que en 1805 Egipto consiguió la independencia, siendo nombrado sultán Muhammed Alí (Kavalali Mehmed Ali Pasha), más conocido como Mehmet Alí, quien había llegado al país como virrey o valí para reconquistarlo en nombre del Imperio Turco, y que llevaría una política exterior pro-occidental emprendiendo una serie de reformas que combinaban estrategias tradicionales de centralización del poder con la importación de modelos europeos para la creación de nuevas estructuras militares, educativas, industriales y agrícolas, incluyendo planes de regadío, que fueron continuadas y ampliadas por su nieto y sucesor Ismail Pachá, el primer Jedive.

Tras la apertura del canal de Suez en 1869, Egipto se convirtió en un importante centro de comunicaciones, pero cayó a su vez en una fuerte deuda. Los británicos tomaron el control del gobierno en forma de protectorado hacia 1882, que fue fuertemente protestado declarándose de nuevo la independencia en 1922, con una nueva constitución y un régimen parlamentario. Saad Zaghlul fue elegido como primer ministro de Egipto en 1924 y en 1936 el llamado tratado Anglo-Egipcio le dio por finalizado.
El turismo es una de las principales fuentes de ingreso de divisas de Egipto, tanto por los turistas en sí mismos como por las importantes inversiones realizadas por cadenas internacionales de hoteles. Por la naturaleza de la actividad turística, genera un número muy importante de puestos de trabajo, los cuales incluyen personal de: Agencias de turismo, Hoteles, fabricación y comercialización de artesanías, transportes, entre otras. Se pueden identificar tres zonas principales donde se focaliza la actividad turística:

El Cairo y alrededores: las pirámides de Guiza, junto con la Gran Esfinge (en las afueras de la ciudad) son las principales atracciones, que se complementan con los tesoros del museo de El Cairo que exhibe el tesoro de Tutankamón, y el bazar Jan el-Jalili (Khan el Khalili).
La zona sur: con Luxor, Karnak, el Valle de los Reyes, Abu Simbel y otras riquezas arqueológicas, además de cruceros por el Nilo.

La costa del Mar Rojo y la zona sur de la península del Sinaí: con costas arenosas, es un lugar famoso por la riqueza y variedad de su fauna y flora subacuática, siendo un centro de submarinismo de gran renombre. El balneario de Sharm el-Sheij, es un punto de referencia en la zona, que es servida por numerosos vuelos directos desde Europa.




                                       TESORO DE TUTANKAMÓN


RELIGIÓN

La religión oficial en Egipto es el islamismo suní, al que pertenece el 90 % de la población.33 34 35 36 El segundo grupo religioso más grande son cristianos coptos, que representan el 9 % de la población total. El 1 % restante corresponde a otras minorías religiosas cristianas, como son los cristianos armenios, católicos y protestantes.

En Egipto también vivían judíos, aunque en pequeño número de gran importancia económica. Éstos abandonaron Egipto después de 1956, cuando las fuerzas armadas de Israel, Francia y Gran Bretaña atacaron el país.


A principios de los años ochenta perteneció a los soldados de los grupos islámicos y de la Jihad Islámica. En 1992 comenzó una campaña de violencia armada, centrado en El Cairo y el Alto Egipto, cuyo objetivo era establecer un gobierno basado en la estricta ley islámica. Las víctimas de la violencia fueron principalmente fieles de la Iglesia Copta, funcionarios gubernamentales y turistas. Organización de Derechos Humanos determinó que el gobierno egipcio ejerció la discriminación contra la Iglesia copta. Las leyes relativas a la construcción de iglesias y la práctica abierta de la religión han disminuido recientemente, pero el trabajo de construcción importante en las iglesias aún requiere permiso del gobierno.






CULTURA
  Antiguo Egipto

Los egipcios erigieron monumentales complejos funerarios para sus faraones y grandes templos, con obeliscos en los cuales grabaron los títulos y alabanzas del faraón, con pinturas representando la vida divina o terrenal. También esculpieron grandes estatuas pétreas representando a dioses y faraones, y pequeñas piezas de orfebrería, con metales y piedras preciosas, y labores de artesanía realizadas en piedra, fayenza o delicadamente talladas en madera. Desarrollaron su propio sistema de escritura, los jeroglíficos, con sus variantes: la escritura hierática y posteriormente la demótica, simplificando su grafía. El egipcio fue de los primeros pueblos en entrar en la Historia, dejando a la posteridad tratados de medicina, matemáticas y relatos mitológicos e históricos, escritos en papiros o grabados en piedra o madera.

Durante el período faraónico, la cultura egipcia mantuvo sus características fundamentales hasta la época de dominación romana, influyendo culturalmente en todo el Mediterráneo occidental. Los últimos sacerdotes de Isis, en la isla de File, mantuvieron su culto hasta que fue prohibido por el emperador romano Justiniano I, en el año 535 de la era común. Alejandría, capital de la Dinastía Ptolemaica –sede de la célebre Biblioteca–, fue durante siglos el más importante centro cultural del Mediterráneo y preferente lugar de estancia y estudio de muchos grandes pensadores de la antigüedad.








EGIPTO BIZANTINO (395-642)

Egipto cristiano: la Iglesia Copta fue fundada en Egipto en el siglo I. Su nombre deriva de la palabra griega (egipcio), trasformado en gipt y después en qibt, de donde derivó la respectiva voz árabe. Así pues, la palabra copto significa simplemente ‘egipcio’. El cristianismo impuesto por los emperadores romanos sustituyó las creencias anteriores hasta la época de la dominación islámica. Sus patriarcas ejercieron notable influencia sobre el resto de la cristiandad. Las manifestaciones artísticas de este período egipcio se denominan arte copto. El idioma copto es la lengua descendiente de la hablada en el Antiguo Egipto. Dejó de usarse en el siglo XVI, aunque se sigue utilizando como lengua litúrgica. Tiene un alfabeto propio.

Varias estatuillas que datan de la época bizantina egipcia fueron halladas dentro de unos enormes hornos en la zona de Qatur, al noreste del Cairo



 EGIPTO ISLÁMICO

Tras la invasión árabe, la cultura egipcia se ha diluido en la árabe: ello supone el fin de la escultura y de la pintura, pero un gran desarrollo de la literatura y de la protección a las ciencias: Maimónides vivió en Egipto como refugiado al ser desterrado de Córdoba.

ARQUITECTURA

El arte islámico importado se desarrolló con influencias locales, sobre todo a partir de los Fatimíes, y ha creado conjuntos arquitectónicos de gran belleza, que se pueden ver en El Cairo, en la necrópolis de Asuán, las casas y mezquitas de Rosetta, etc.

Los adornos de madera, metal, y cristal de roca diferencian la arquitectura egipcia del resto de la islámica. Bajo los mamelucos se desarrollaron alminares de fustes superpuestos y cúpulas decoradas con gallones, y aparecieron edificios diferentes: mezquitas funerarias y madrasas. De esta etapa son la mezquita de Baybars (circa 1269) o la madrasa del sultán Hasan (circa 1360). Especialistas en vidrio esmaltado hicieron lámparas que se vendieron por todo el mundo. La llegada de los otomanos trajo la imposición de los modelos de Estambul.
A finales del siglo XX, el Estado construyó una gran biblioteca para recordar la de Alejandría. 


La expansión del Islam por Egipto: El Cairo. La mezquita de Amr Ibn al-'As, que alcanza su tamaño definitivo en 827.



EL ARTE DE ESCRIBIR

EN EL OCCIDENTE MEDIEVAL

El arte de escribir es un hecho eminentemente cultural: responde a la doble voluntad de dar una forma visible y perenne a un discurso fugitivo en su oralidad y embellecer el resultado de la fijación gráfica. En el Occidente medieval, conoció, entre los siglos v y xv, bastantes evoluciones, permaneciendo sin embargo en el ámbito del manuscrito hasta el descubrimiento de la imprenta, hacia 1430-1450, lo que permitió reproducir en serie libros con ayuda de caracteres móviles.

Estrechamente dependiente de sus usuarios, el arte de escribir varía según el tipo de texto que se fija, el soporte elegido para recibir la escritura y el uso que se quiere hacer de él. Así, la escritura será diferente en los escritos documentales (actas diplomáticas, minutas notariales, registros de cuenta...) y librescos. El recurso a la escritura de aparato y a la caligrafía –ya se trate de misivas alargadas con preámbulos de cartas o de las adornadas de los libros litúrgicos  pretende realzar la solemnidad del texto o incluso el prestigio del comanditario.

A los soportes manuscritos tradicionales (el papiro, cuyo uso desaparece a lo largo de la alta Edad Media, el pergamino y, a partir del siglo xiii, el papel) se añaden la piedra, la pintura mural, el metal, la madera, el textil, el vidrio y cualquier otra materia que, esculpida, pintada o moldeada, pueda recibir un texto. En una sociedad mayoritariamente iletrada, al principio de la Edad Media todavía más que al final, estos textos a menudo monumentales (epitafios, inscripciones de consagración, identificación de personajes...) se colocan en lugares que permiten al mayor número posible de personas verlos; no sabiendo leer, el público puede hacerse explicar el significado de ellos por un clérigo o un letrado, lo que, durante mucho tiempo, siguió siendo sinónimo.

Los textos revisten, de hecho, con o sin ornamentación específica, un carácter simbólico que expresa el poder de los que controlan el arte de escribir. Casi monopolio de los clérigos a principios de la Edad Media, penetra primero tímidamente los estratos más altos de la sociedad laica (soberanos, condes y aristócratas en la época carolingia) y, a continuación, se difunde al mismo tiempo que se multiplican los contratos rurales o los juegos de escritura contable que acompañan el auge económico y comercial y que se estructuran, lo que se convertirá en las universidades en el siglo xiii. El papel creciente del notariado a partir del siglo xi en los países meridionales, el desarrollo de las cancillerías reales y principescas o incluso la renovación de una reflexión especulativa, nacida por el redescubrimiento de las obras antiguas en el siglo xii, contribuyeron a ampliar los usos del escrito y el número de sus actores –redactores, copistas, calígrafos, lectores.

La evolución morfológica de la escritura ha acompañado todas estas transformaciones. En la alta Edad Media, el paisaje gráfico estaba parcelado, con escrituras muy torcidas, como las de la cancillería franca, y el uso, para la realización de los libros, de formas gráficas muy diversas, más o menos derivadas de la uncial de la Antigüedad tardía. La reforma de la escritura iniciada por Carlomagno a finales del siglo viii desemboca en la aparición de la carolina, minúscula liberada de las ligaduras características de las casillas cursivas y cuyo éxito incontestable fue reforzado por la estructuración de un sistema de puntuación que, acompañando la separación de las palabras, incrementa la legibilidad del texto. La unificación gráfica carolingia sobrevivió al proyecto político de la que provenía. La carolina dio lugar, a largo plazo, a nuestros caracteres de imprenta, incluso si, en algunas zonas como la Italia lombarda, se habían continuado a desarrollar formas propias, relacionadas con la conciencia muy clara de la identidad llevada por el sistema gráfico.

A partir de los siglos xi-xii, las nuevas maneras de pensar y escribir implican diversas evoluciones; reaparecen las escrituras cursivas, que traicionan una familiaridad mayor con el texto, y, a principios del siglo xiii, las curvas de los caracteres empiezan a quebrarse, revelando más netamente la estructura de la palabra para detrimento de la identidad propia de la letra. Éste movimiento es contemporáneo al desarrollo de la reflexión escolástica y la arquitectura gótica, que revelan, como la escritura del mismo nombre, las grandes articulaciones de un discurso a la vez intelectual y monumental, compartido por los más grandes sabios de la época. Los caracteres góticos, que comportan mayúsculas y minúsculas, se utilizan tanto en los manuscritos como en las inscripciones (piedras sepulcrales, tapices murales o piezas de orfebrería murales), traicionando la difusión de esta nueva cultura gráfica, que se diversifica a su vez con la proliferación, a partir del siglo xiv, de formas mixtas (la «bastarda» de la corte en Francia), más o menos barrocas o caligrafiadas.

El dinamismo del arte de escribir responde, en este final de Edad Media, a una demanda social creciente que está lejos de ser independiente de la aparición, en el siglo xv, de la imprenta. La sed de cultura que marca los principios de la corriente del humanismo viene así a reforzar el uso tradicional de los escritos en los campos jurídico, administrativo o religioso: los príncipes y grandes laicos, las órdenes mendigantes, las universidades reúnen así bibliotecas cada vez más importantes. La copia manuscrita tradicional, por su ritmo y su coste, ya no podía convenir al incremento exponencial de la demanda. A partir de principios del siglo xv circulan impresiones xilográficas, con imágenes pero igualmente textos; al mismo tiempo, a favor de progresos técnicos diversos, se pone a punto el sistema de imprenta tipográfica, por caracteres móviles. El hecho de que Gutenberg, para el primer libro realizado de esta manera en Occidente – la Biblia –, eligiera vitela e imitara a la vez la escritura y la paginación de un manuscrito ilustra cómo su descubrimiento representaba una bisagra entre la Edad Media y el Renacimiento.





El egipcio antiguo empleaba los tres simultáneamente. En los sistemas logográficos de escritura, cada símbolo representa toda una palabra.





Empezaron combinando sílabas 200 años después, los dibujos fueron pasando a esquemas y asi se fueron facilitando los documentos




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