Arte
medieval
El arte medieval es
una etapa de la historia del arte que cubre un prolongado período para una
enorme extensión espacial. La Edad Media -del siglo V al siglo XV- supone más
de mil años de arte en Europa, el Oriente Medio y África del Norte. Incluye
movimientos artísticos principales y distintos períodos, artes nacionales,
regionales y locales, diferentes géneros, periodos de florecimiento a los que
se ha venido en llamar renacimientos, las obras de arte, y los propios artistas
(que en la Alta Edad Media permanecían en el anonimato de una condición
artesanal de poco prestigio social, como los demás oficios establecidos en
régimen gremial, mientras que en los últimos siglos de la Baja Edad Media,
sobre todo en el siglo XV, alcanzarán la consideración de cultivadores de las
bellas artes, aumentando en consideración social y preparación intelectual).
En la Antigüedad
tardía se integró la herencia artística clásica del Imperio romano con las
aportaciones del cristianismo primitivo y de la vigorosa cultura
"bárbara" de los pueblos protagonistas de la época de las invasiones
(procedentes de la Europa del Norte -pueblos germánicos-, de la Europa oriental
-pueblos eslavos, magiares- o de Oriente -árabes, turcos, mongoles-), produciéndose
peculiarísimas síntesis artísticas. La historia de arte medieval puede ser
vista como la historia de la interacción entre elementos procedentes de todas
esas fuentes culturales. Los historiadores de arte clasifican el arte medieval
en períodos y movimientos: arte paleocristiano, arte prerrománico, románico,
gótico (en Europa Occidental -la cristiandad latina-), arte bizantino (en el
Imperio bizantino -la cristiandad oriental-) y arte islámico (en el mundo
islámico), con influencias mutuas. Además, identifican estilos locales
diferenciados, como el arte visigodo, el arte andalusí, el arte asturiano, el
arte anglosajón, el arte carolingio o el arte vikingo; y estilos marcadamente
sincréticos, como el arte hiberno-sajón, el arte árabe-normando, el arte
mozárabe o el arte mudéjar.
El arte medieval se
expresó en muy distintos medios a través de diferentes disciplinas artísticas,
técnicas y géneros: arquitectura, escultura, orfebrería, manuscritos ilustrados
(la miniatura y la caligrafía), frescos, pintura en tabla, mosaicos, y un largo
etcétera, en el que se incluyen artes y oficios no incluidos habitualmente en
las bellas artes, como la confección de la indumentaria medieval.
Función
del arte durante la edad media
Las obras de arte
medievales surgieron en un contexto en el que no existía el concepto de arte
como fin en sí mismo ni el de la belleza como su objetivo, ni si quiera el
concepto mismo de artista o de bellas artes (sino el de artes mecánicas,
diferenciadas de las liberales). El objeto artístico medieval tenía, en el seno
de la sociedad en que era producido, un carácter básicamente funcional. Para el
medievalista francés Georges Duby, la obra de arte medieval cumplía
fundamentalmente tres cometidos:
1; Ser una ofrenda
a Dios, a los santos o a los difuntos, con el fin de obtener su gracia, su
indulgencia, etc. Es por ello que el hombre medieval (incluso aquellos, como
San Francisco de Asís, que promovían la pobreza) no dudaba de la legitimidad de
la riqueza de los adornos de las iglesias, monasterios u otros lugares de
culto, puesto que esta riqueza era vista como una ofrenda necesaria a Dios,
para la cual eran necesarios los mejores materiales y las mejores técnicas.
Ser intermediaria
entre el mundo sobrenatural y el humano, haciendo visible en este las
realidades divinas, según la máxima paulina per visibilia ad invisibilia (a
través de lo visible hacia lo invisible). Se suele atribuir a las imágenes
medievales una función pedagógica: explicar los dogmas de la fe cristiana y la
historia sagrada a los iletrados (el catecismo de piedra), si bien no todos los
expertos están de acuerdo sobre este punto.
2, Ser una
afirmación de poder: por un lado, del poder de Dios y de la Iglesia (el poder
religioso); por otro, del poder político (emperadores, reyes, y las mismas
instituciones eclesiásticas). A finales de la Edad Media van surgiendo en otros
agentes sociales los medios suficientes para encargar obras de arte (la
burguesía).
Georges
Duby (1919-1996), uno de los mayores medievalistas franceses del siglo XX.
MOVIMIENTOS ARTÍSTICOS Y PERIODOS PRINCIPALES
El
ARTE PALEO-CRISTIANO
Al estilo de arte
que se desarrolla durante los seis primeros siglos de nuestra era, desde la aparición
del cristianismo, durante la dominación romana, hasta la invasión de los
pueblos bárbaros, aunque en Oriente tiene su continuación, tras la escisión del
Imperio, en el llamado arte bizantino.
En Occidente, Roma
es el centro y símbolo de la cristiandad, por lo que en ella se producen las
primeras manifestaciones artísticas de los primitivos cristianos o
paleocristianos, recibiendo un gran influjo del arte romano tanto en la
arquitectura como en las artes figurativas. Lo mismo que la historia del cristianismo
en sus primeros momentos, en el arte se distinguen dos etapas, separadas por la
promulgación del Edicto de Milán por Constantino en el año 313, otorgando a los
cristianos plenos derechos de manifestación pública de sus creencias.
CATATUMBAS
Hasta el año 315, el arte escultórico de los
cristianos se centró en la excavación de las catacumbas y el reforzamiento de
sus estructuras. Éstas eran cementerios romanos, excavados, en un principio, en
los jardines de algunas casas de patricias cristianos, como las de Domitila y
Priscila en Roma. Más tarde en el siglo V, y ante el aumento de creyentes,
estos cementerios se hicieron insuficientes adquiriendo terrenos en las afueras
de las urbes donde surgen los cementerios públicos, en los que se excavan
sucesivos pisos formando las características catacumbas que ahora conocemos.
La primera vez que se aplicó el término
catacumba es a la de San Sebastián en Roma. El cementerio o catacumba se
organiza en varias partes: estrechas galerías (ambulacrum) con nichos
longitudinales (loculi) en las paredes para el enterramiento de los cadáveres.
En algunos enterramientos se destacaba la notabilidad de la persona enterrada,
cobijando su tumba bajo un arco semicircular (arcosolium).
En el siglo IV en el cruce de las galerías o en
los finales de las mismas se abrieron unos ensanchamientos (cubiculum) para la
realización de algunas ceremonias litúrgicas. Las catacumbas se completaban al
exterior con una edificación al aire libre, a modo de templete (cella memoriae)
indicativa de un resto de reliquias que gozaban de especial veneración. Entre las
catacumbas más importantes, además de las ya citadas, destacan las de San
Calixto en Santa María de Trastevere, Santa Constanza y Santa Inés en
Sant'Agnese in Agone, todas ellas en Roma, aunque también las hubo en Nápoles,
Alejandría y Asia Menor.
Catatumba
de san Calixto, hoy día agrupa 6 cementerios.
BASÍLICAS
En los templos de culto paganos las procesiones
y sacrificios se celebraban al aire libre y en el interior sólo estaba el altar
del dios. Estos templos eran muy pequeños. En el Imperio de Constantino surgió
la necesidad de utilizar edificios con mayor capacidad para el culto cristiano.
Las nuevas iglesias cristianas necesitaban más espacio para contener a los
fieles que se acercaban a orar dentro del templo. Es por eso que las iglesias
no tomaron de modelo los templos paganos sino que tomaron las grandes salas de
reuniones públicas que ya eran conocidas con el nombre de basílicas.
Por eso, a finales del siglo IV y a comienzos
del siglo V, comenzaron a suprimirse las iglesias de formas irregulares para
reemplazarlas por iglesias de forma regular, es decir, basílicas regulares, de
tres naves con un ábside en uno de los lados menores y en el otro lado menor la
entrada frente al coro. En todo el Imperio quedó asociado el concepto de
iglesia con el de basílica.
Basílica
de San Juan de Letrán, construida por el emperador Constantino en el siglo IV
ARTE PALEO-CRISTIANO EN ESPAÑA
Constituye la etapa final de la influencia
romana. El cambio cultural que se opera durante los siglos II al IV tuvo en la
Península poca vigencia, pues las invasiones de los pueblos germánicos se
inician en el año 409. Pese a ello, y cada vez más, han aparecido abundantes
testimonios de la vitalidad del arte paleocristiano hispano.
En arquitectura hay que citar las casas
patricias de Mérida y Fraga, adecuadas al culto, en Ampurias, una basílica de
una nave, en San Pedro de Alcántara, en Málaga una basílica con dos ábsides
contrapuestos, y en Lugo la iglesia subterránea de planta basilical de Santa
Eulalia de Bóveda.
Iglesia
subterránea de planta basilical Santa Eulalia de Bóveda.
ESCULTURA
La escultura de la época se halla especialmente
representada por los sarcófagos decorados con temas del Crismón, estrígilos,
escenas bíblicas y representaciones alegóricas. Entre ellos se destacan el de
Leocadius en Tarragona y el de Santa Engracia en Zaragoza. También se conservan
algunas estatuas exentas, como varias con el tema del Buen Pastor, laudas
sepulcrales y mosaicos que por su técnica y sentido del color siguen los
modelos romanos.
Sarcófago,
de Leocadius en Tarragona.
Características:
v Se
limitan a evocar un pequeño número de figuras y de diversos objetos.
v La
variedad de colores es limitada.
v Es
una pintura, que más que figurar, sugiere.
v Las
figuras se dirigen al espectador. Normalmente están de frente, sin embargo no
es lo mismo que frontalidad.
v La
esencia de la divinidad es imposible de representar. Resulta difícil encontrar
representaciones divinas, aunque a partir del s. IV podremos encontrarnos
algunas representaciones.
v Desde
un punto de vista formal es habitual la jerarquización de las figuras (siendo
las figuras más importantes las más grandes), la perspectiva inversa (las
figuras que están detrás tienen mayor tamaño), la desproporción, el interés en
el gesto y, excepcionalmente, el desnudo, que iría desapareciendo poco a poco.
v Uso
de catacumbas, que derivaría en panteones públicos.
El
ARTE BIZANTINO
Es una expresión artística que se configura a
partir del siglo VI, fuertemente enraizada en el mundo helenístico, como
continuadora del arte paleocristiano oriental. En sus primeros momentos,
Bizancio se consideró como el continuador natural, en los países del
Mediterráneo oriental, del Imperio romano, siendo transmisor de formas
artísticas que influyen poderosamente en la cultura occidental medieval. Los
períodos del arte bizantino se ajustan, como es frecuente, a las grandes fases
de su historia política.
Primera Edad de Oro
Bizantina: 527 - 726, año en el que aparece la querella iconoclasta. La época
dorada de este arte coincide con la época de Justiniano.
Emperador
Justiniano.
Segunda Edad de Oro Bizantina: 913 - 1204,
momento en que los cruzados destruyen Constantinopla.
Caída
de Constantinopla.
Tercera Edad de Oro Bizantina: 1261 - 1453,
cuando los turcos toman Constantinopla.
Ataque
turco contra las murallas de Constantinopla.
ARQUITECTURA
BIZANTINA
En
la Primera Edad de Oro, época de Justiniano I, siglo VI, se realizan las más
grandiosas obras arquitectónicas que ponen de manifiesto los caracteres
técnicos y materiales, así como el sentido constructivo que caracteriza el arte
bizantino de este período. Del mundo romano y paleocristiano oriental mantuvo
varios elementos tales como materiales de ladrillo y piedra para revestimientos
exteriores e interiores de mosaico, arquerías de medio punto, columna clásica
como soporte, etc. Pero también aportaron nuevos rasgos entre los que se
destaca la nueva concepción dinámica de los elementos y un novedoso sentido
espacial y, sobre todo, su aportación más importante, el empleo sistemático de
la cubierta abovedada, especialmente la cúpula sobre pechinas, es decir,
triángulos esféricos en los ángulos que facilitan el paso de la planta cuadrada
a la circular de la cúpula. Estas bóvedas semiesféricas se construían mediante
hiladas concéntricas de ladrillo, a modo de coronas de radio decreciente reforzadas
exteriormente con mortero, y eran concebidas como una imagen simbólica del
cosmos divino.
La
primera obra cristiana, del primer tercio del siglo VI, es la Iglesia de San
Sergio y San Baco, en Constantinopla (527-536), edificio de planta central
cuadrada con octógono en el centro cubierto medio maricoiante cúpula gallonada
sobre ocho pilares y nave en su entorno. A este mismo momento de la primera mitad
del siglo V, corresponde la iglesia rectangular con dos cúpulas de la Santa Paz
o de Santa Irene, también en Constantinopla. Pero la obra cumbre de la
arquitectura bizantina es la Iglesia de Santa Sofía, iglesia de la divina
sabiduría, dedicada a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, construida
por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, entre los años 532
y 537, siguiendo las órdenes directas del emperador Justiniano I. También fue
importante la desaparecida iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla,
proyectada como mausoleo imperial e inspirada en la iglesia de San Juan de
Éfeso, ofrecía un modelo de planta de cruz griega con cinco cúpulas ampliamente
imitada en todo el mundo bizantino, por ejemplo en la famosa iglesia bizantina
de San Marcos de Venecia, obra del siglo XI.
Iglesia
de San Sergio y San Baco, en Constantinopla (527-536).
En la Segunda Edad de Oro predominan las
iglesias de planta de cruz griega con cubierta de cúpulas realzadas sobre
tambor y con una prominente cornisa ondulada en la base exterior. Este tipo
nuevo de iglesia se plasma en la desaparecida iglesia de Nea de Constantinopla
(881), construida por Basilio I. A este mismo esquema compositivo corresponde
la catedral de Atenas, la iglesia del monasterio de Daphni, que usa trompas en
lugar de pechinas, y los conjuntos monásticos del Monte Athos en Grecia. En
Italia descolla la anteriormente citada basílica de San Marcos de Venecia, del
año 1063, planta de cruz griega inscrita en un rectángulo y cubierta con cinco
cúpulas sobre tambor, una sobre el crucero y cuatro en los brazos de la cruz,
asemejándose en su estructura a la desaparecida iglesia de los Santos Apóstoles
de Constantinopla. En esta Segunda Edad de Oro el arte bizantino se extendió a
la zona rusa de Armenia, en Kiev se construye la iglesia de Santa Sofía en el
año 1017, siguiendo fielmente los influjos de la arquitectura de Constantinopla
se estructuró en forma basilical de cinco naves terminadas en ábsides, en
Novgorod se levantan las iglesias de San Jorge y de Santa Sofía, ambas de
planta central.
En
Novgorod se levanta la iglesia de, Santa
Sofía.
Durante la Tercera
Edad de Oro, entre los siglos XIII y XV el arte bizantino se sigue extendiendo
por Europa y Rusia, predominando las plantas de iglesias cubiertas mediante
cúpulas abultadas sobre tambores circulares o poligonales. A esta etapa
corresponden en Grecia la iglesia de los Santos Apóstoles de Salónica, del
siglo XIV, la iglesia de Mistra, en el Peloponeso, y algunos monasterios del
Monte Athos. Asimismo se multiplican los templos bizantinos por los valles del
Danubio, por Rumania y Bulgaria, llegando hasta las tierras rusas de Moscú
donde sobresale la iglesia de la Asunción del Kremlin, en la Plaza Roja,
realizada en tiempos de Iván el Terrible (1555-1560), cuyas cinco cúpulas, la
más alta y esbelta en el crucero y otras cuatro situadas en los ángulos que
forman los brazos de la cruz, resaltan por su coloración, por los elevados
tambores y por su característicos perfiles bulbosos.
La Catedral de la
Asunción de Moscú, es la más antigua, más grande y más importante de muchas
iglesias del Kremlin.
ARTES FIGURATIVAS
BIZANTINAS
La pintura y los
mosaicos bizantinos, más que su escultura, han tenido una singular importancia
en la historia de las formas de representación plástica, por cuanto que han
servido de puente a los modelos cristianos orientales hacia Europa, así como a
la transmisión de las formas clásicas cuando en Occidente había desaparecido
por la acción de los pueblos bárbaros, y por último, el arte bizantino ha sido
la fuente principal en la fijación de la iconografía occidental.
Arte
religioso medieval, cultura Occidental.
ESCULTURA
BIZANTINA
La plástica
escultórica bizantina supuso la culminación del arte paleocristiano,
manteniendo sus técnicas y su estética de progresivo alejamiento de las
cualidades clásicas: la mayor rigidez, la repetición de modelos estereotipados,
la preferencia del bajorrelieve a las obras de bulto redondo.
Las obras más
destacadas son las labores ornamentales de los capiteles con motivos vegetales
y animales afrontados como son los de San Vital de Rávena o los sarcófagos de
la misma ciudad en los que se representan los temas del Buen Pastor. Pero las
obras capitales de la escultura bizantina son las pequeñas obras, dípticos y
cajas, talladas en marfil, destacándose el díptico Barberini, Museo del Louvre,
del siglo V, o la célebre Cátedra del obispo Maximiano, en Rávena, tallada
hacia el año 533 sobre placas de marfil con minucioso trabajo.
En
Rávena, tallada hacia el año 533 sobre placas de marfil con minucioso trabajo.
Museo del Louvre. Cátedra del obispo Maximiano
MOZAICO
Y PINTURA BIZANTINOS
El gusto por la
riqueza y la suntuosidad ornamental del arte bizantino, eminentemente áulico,
exigía el revestimiento de los muros de sus templos con mosaicos, no sólo para
ocultar la pobreza de los materiales usados, sino también como un medio para
expresar la religiosidad y el carácter del poder imperial
De la Primera Edad
de Oro, el conjunto más importante es el de Rávena, que enlaza con los mosaicos
paleocristianos del siglo V: en las iglesias de San Apolinar Nuevo y San
Apolinar in Clase se cubre sus muros superiores con mosaicos que representan,
en la primera un cortejo procesional, encabezado por los Reyes Magos, hacia la
Theotokos o Madre de Dios.
Mosaico que representa loa tres reyes magos caminando
hacia la madre
Terminada la lucha
iconoclasta, a mediados del siglo IX es cuando verdaderamente se configura la
estética bizantina y su iconografía
Surgirá una nueva
Edad de Oro, la segunda, que supondrá el apogeo de las artes figurativas,
irradiando su influjo al arte islámico, por entonces en formación, y al
naciente arte románico europeo. Las figuras acusan una cierta rigidez y
monotonía, pero muy expresivas en su simbolismo, con evidente desprecio del
natural y las leyes espaciales; son alargadas y con un aspecto de cierta
deshumanización.
Esposa
Teodora y su corte. Siglo VI y las caras son retratos idealizados. En la
Segunda Edad de Oro
Durante la Tercera
Edad de Oro el mosaico continuó en uso hasta el siglo XIII, en esta época se
enriquece la iconografía de los ciclos "marianos", de los santos y
evangélicos, a la vez, que por influjos italianos, se aprecia una mayor
libertad compositiva y una evidente manierismo en las estilizaciones.
Destruidos los mosaicos de Constantinopla quedan como únicas referencias los de
San Marcos de Venecia, con abundante empleo del dorado que ejercerán un marcada
influencia en las obras góticas de Cimabue, Duccio y otros pintores italianos.
La pintura
sustituye al mosaico en esta Tercera Era, contando con el precedente de los
interesantes conjuntos de iglesias rupestres de Capadocia, en Asia Menor. Son
importantes los talleres rusos de Novgorod y Moscú, donde trabaja Teófanes el
griego, fresquista y pintor sobre tabla en el siglo XIV, y en la centuria
siguiente se destaca como obra maestra la Virgen de Vladímir (Moscú) y el monje
Andrés Rubliov especialmente a través de su icono de la Trinidad, este icono
del siglo XV es considerado como el más importante icono bizantino de la
escuela rusa, representa a la Trinidad a través de la escena bíblica llamada
visión de Manré, es decir tres ángeles que se aparecen al patriarca Abraham.
Un
monje ruso del s., San Andrés Rubliov, (canonizado en 1988, la iglesia ortodoxa
rusa)
EL
ARTE ISLÁMICO
Se conoce el estilo
artístico desarrollado en la cultura generada por la religión islámica. El arte
islámico tiene una cierta unidad estilística, debido al desplazamiento de los
artistas, comerciantes, mecenas y obreros. El empleo de una escritura común en
todo el mundo islámico y el desarrollo de la caligrafía refuerzan esta idea de
unidad. Concedieron gran importancia a la geometría y a la decoración que podía
ser de tres tipos:
ü Caligrafía
cúfica: mediante versículos del Corán.
Manuscrito
del siglo XI del Corán escrito en caligrafía cúfica.
ü Lacería:
mediante líneas entrelazadas formando estrellas o polígonos.
Azulejo
de lacería.
ü Ataurique:
mediante dibujos vegetales.
Panel
del Ara Pacis en Roma (ca. 27 dC), uno de los primeros arabescos conocidos.
EL
ARTE OMEYA
Entre los Omeyas,
la arquitectura religiosa y civil crece con la introducción de nuevos conceptos
y diseños. De este modo, el plano árabe, con patio y sala de oración hipóstila,
se convierte en un plano-modelo a partir de la construcción, en el lugar más
sagrado de la ciudad de Damasco - en el antiguo templo de Júpiter y en el lugar
donde estuvo la Basílica de San Juan Bautista de la Gran Mezquita de los Omeyas. El edificio
fue un importante hito para que los constructores (y los historiadores del
arte) situaran allí el nacimiento del plano árabe. Sin embargo, recientes
trabajos de Myriam Rosen-Ayalon nos sugieren que el plano árabe nació un poco
antes, con el primer proyecto que se hizo para construir la Mezquita de Al-Aqsa
en Jerusalén.
La Cúpula de la
Roca en Jerusalén es, sin duda, uno de los edificios más importantes de toda la
arquitectura islámica, caracterizado por una fuerte influencia bizantina (mosaicos
con fondo de oro, plano centrado que recuerda el del Santo Sepulcro), pero que
ya tiene elementos puramente islámicos, como el gran friso con inscripciones
religiosas del Corán. Su modelo no se propagó, y el que Oleg Grabar considera
como el primer monumento que fue una gran creación estética del islam, quedó
sin posteridad.
La
Cúpula de la Roca en Jerusalén, santuario del Islam está en Haram el Sherif,
también conocido como Explanada del Templo.
ARTE
Y LITERATUTA
Sin embargo, no
todo el arte islámico es religioso, y los artistas también utilizaron otras
fuentes, entre ellas la literatura. La literatura persa, como el Shahnamé, la
epopeya nacional compuesta a principios del siglo X por el poeta persa
Ferdousí, los Cinco Poemas o Jamsé de Nezamí en el (siglo XII), es también una
fuente importante de inspiración para muchos motivos que se encuentran tanto en
el arte del libro como en los objetos (cerámicas, tapices, etc.)
La literatura árabe
no es la única con representaciones; las fábulas de origen indio Calila y Dimna
o el Maqamat de Al-Hariri y otros textos fueron frecuentemente ilustrados en
los talleres de Bagdad o Siria.
EL
ARTE PRERROMÁNICO
Cubre el periodo
del siglo V al siglo X en Europa Occidental. Las influencias clásicas y las
germánicas son activamente son absorbidas y se desarrolla la semilla de la que
más tarde surgiría el arte románico. Se divide en distintos estilos locales.
Detalle
arquitectónico de San Miguel de Lillo, arte asturiano (siglo IX).
El arte del período
de las migraciones es el de los pueblos germánicos y eslavos, de la Europa del
Norte y del Este durante las invasiones bárbaras o Período de Migración de
Pueblos (aproximadamente 300-900), incluyendo también el período temprano del
arte Hiberno-Sajón en Gran Bretaña e Irlanda. Esta influencia actuó
recíprocamente con el arte cristiano, así como el estilo animal y el estilo
polícromo.
Distintos estilos
locales desarrollados a partir del establecimiento de reinos germánicos en:
· Italia,
con escasos monumentos ostrogodos y la más decisiva presencia del arte
bizantino.
Tumba
del Godo Teodorico, en Italia.
· España,
principalmente el Arte visigodo, el Arte asturiano y el Arte mozárabe o Arte de
repoblación.
Pintura
visigoda, Se suelen representar temas como el diluvio y se utilizan los colores
son convencionales.
· Francia
y las zonas centrales del Imperio carolingio desarrollan el Arte carolingio a
partir del reinado de Carlomagno (finales del siglo VIII).
Arquitectura
Carolingia, es una restauración de la arquitectura, debido al empeño que tuvo
Carlomagno para fomentar la cultura
· Alemania,
el Arte otoniano, desde mediados del siglo X a mediados del XI.
Es
un arte pre románico que se origina en Alemania a mediados del siglo X.
· Irlanda
(donde no llegaron a establecerse reinos germánicos) y Gran Bretaña (donde sí),
habitadas desde la antigüedad por pueblos de origen celta, cuyas producciones
de la época pueden denominarse arte celta medieval; desde aproximadamente el
siglo V -retirada romana-, a aproximadamente la introducción del arte románico
en el siglo XII -con la conquista normanda-. Del siglo V al VII se produce
principalmente una continuación de la Edad Antigua: la cultura material de la
Edad de hierro tardía (cultura de La Tène) con algunas modificaciones romanas;
mientras que en los siglos VII y VIII se realizó una fusión con las tradiciones
germánicas por el contacto con los anglosajones: lo que llaman el estilo
Hiberno-Sajón o el Arte Insular; y finalmente algunas inspiraciones vikingas.
Filigrana
vikinga en bronce del siglo XI.
BAJA
EDAD MEDIA
Dos estilos internacionales
marcan la época, dividiéndola en dos mitades: el arte románico los siglos XI y
XII y el arte gótico, que comienza en Francia a mediados del XII y se va
imponiendo en el resto de Europa Occidental en el siglo XIII y el XIV. El siglo
XV significará el final de la Edad Media y la irrupción del nuevo arte de la
Edad Moderna. El nombre románico es utilizado a partir de los historiadores de
arte del siglo XIX, para compararlo con la arquitectura romana antigua;
mientras que el término gótico es un despectivo utilizado por los artistas y
tratadistas de arte del Renacimiento para designar a todo el arte medieval
(incluido lo que hoy llamamos prerrománico y románico), que consideraban una
degeneración del arte clásico de Grecia y Roma contaminado por los godos (por
tanto, gótico).
Arte
Románico Español, representa 3 galgos o lebreles en plena caza s. XI, XII y
principios del XIII.
Catedral
Primada de Toledo, sede de la Archidiócesis de Toledo, es un edificio
considerado como la magnum opus del estilo, ARTE GÓTICO
LAS
DOS GRANDES ÉPOCAS
En la arquitectura
románica los edificios se caracterizan por sus macizos muros y contrafuertes
para sostener una robusta bóveda de cañón, basada en el arco de medio punto.
Las estructuras, por comparación con el gótico, son de escasa altura y con
pocos vanos, lo que implica una menor entrada de luz, que se intenta compensar
con el abocina miento de las arquivoltas de pórticos y ventanales. Subordinada
al soporte arquitectónico, la profusa decoración escultórica (capiteles,
tímpanos) y pictórica (frescos en los ábsides y paredes interiores), de líneas
muy marcadas y colores planos, formas geometrizantes y hieráticas, convertía a
los templos en verdaderos evangelios de los iletrados.
La arquitectura
gótica nace a mediados del siglo XII en la región francesa, con la renovación
de la iglesia de la abadía de Saint-Denis: la introducción del arco apuntado,
la bóveda de crucería y los arbotantes que desplazaban el peso de las bóvedas a
contrafuertes exteriores, dejando la posibilidad de aligerar los muros para
conseguir construcciones de una altura extraordinaria y llenas de luz. La
escultura gótica también se puede asociar al gótico arquitectónico francés que
se extendió a todas partes de Europa. El siglo XIII permite hablar de un estilo
internacional sustituyendo el arte románico. El gótico internacional
caracteriza al periodo de aproximadamente 1360 a 1430, después del cual el
gótico en distintas partes de Europa va combinándose con aportaciones del
Renacimiento que está surgiendo en Italia; aunque en muchos lugares siguen
haciéndose edificios góticos hasta el siglo XVI, denominados con distintos
nombres de estilo (en el norte de Europa gótico flamígero, gótico tardío o
flamboyant y estilo Tudor, y en la Península Ibérica gótico isabelino
plateresco y manuelino). Los cambios pictóricos no comenzaron a ser suficientes
para hablar de un estilo diferente al románico hasta comienzos del siglo XIII,
caracterizado por una mayor expresión de sentimientos y un mayor realismo o
naturalismo en la representación de la realidad. La utilización del soporte
tabla y la técnica del temple se hace muy extensiva, produciendo retablos,
dípticos, trípticos y polítpticos, que permiten un tamaño mayor o menor, la
posibilidad de un arte mueble y su comercialización, respondiendo al aumento de
los clientes del mercado del arte, que ya no se reducen a las instituciones
eclesiásticas, sino que incluyen a las monarquías, las casas nobles y a la
pujante burguesía. Al final del período se introduce la innovación tecnológica
del grabado, que permitió el nacimiento de un nuevo medio de comunicación a
través de las múltiples copias. En el siglo XV aparecerá la pintura al óleo,
que permite un extraordinario detallismo.
La
técnica de la pintura al óleo, llamada también al aceite, es la más plenamente
utilizada desde el siglo XV hasta la actualidad.
EGIPTO
El antiguo nombre
del país, Keemett (km.t), o ‘tierra negra’, deriva de los fértiles limos negros
depositados por las inundaciones del Nilo, distintos de la ‘tierra roja’
(dsr.t) del desierto. El nombre se transformó en kīmi
y kīmə
en la etapa copta de la lengua egipcia, y fue traducido al primitivo griego
como Χημία
(Jemía).
Miṣr, el nombre
oficial árabe (مصر) de Egipto es de
origen semítico que significa "estrecho". El nombre hebreo para
Egipto es מִצְרַיִם (mitzráyim), que significa
literalmente ‘dos estrechos’, por una referencia a la separación histórica en
el Alto y Bajo Egipto. Miṣr
significaba originalmente ‘metrópoli’, ‘civilización’ y también ‘país’ o
‘tierra fronteriza’. El nombre مصر deriva de la raíz
semítica صار (ṣr), que indica angostura. Algunos
dicen que la etimología de la palabra hebrea מַצֵר
(metzar) deriva de la raíz צור (ṣr, صار)
y el prefijo מֵ (me). מַצֵר
también es escrita מֵיצַר (meytzar). Otros
dicen que deriva de מֵי (mey), agua, y צֵר
(tzar), angosto.
El nombre en
español, Egipto, proviene del latín Aegyptus, derivado a su vez de la palabra
griega Αίγυπτος
(Aigyptos). El término
fue adoptado en copto como Gyptios, y pasó al árabe como Qubt. Se ha sugerido que
la palabra es una corrupción de la frase egipcia ḥwt-k3-ptḥ, que significa
‘casa del espíritu (ka) de Ptah’, el nombre de un templo al dios Ptah en
Menfis. Según Estrabón, el término griego Aigyptos significaba ‘más allá del
Egeo’ (Aἰγαίου
ὑπτίως,
Aegaeon uptiōs).
La Biblia hace
referencia a Egipto y sus habitantes más de 700 veces. A Egipto por lo general
se le llama Mizraim (Mits·rá·yim) en las Escrituras Hebreas, seguramente debido
a la importancia o preponderancia de los descendientes de ese hijo de Cam en
dicha región. (Gé 10:6.) En algunos salmos se le denomina “la tierra de Cam”
Antiguo
Egipto
La Gran Esfinge y
las pirámides de Guiza, construidas durante el Imperio Antiguo de Egipto.
La riqueza que
aportaba el fértil limo tras las inundaciones anuales del río Nilo, junto a la
ausencia de poderosos pueblos por su aislamiento, debido a que el valle del
Nilo está situado entre dos amplias zonas desérticas, permitieron el desarrollo
de una de las primeras y más deslumbrantes civilizaciones en la historia de la
humanidad.
Los primeros
pobladores de Egipto, alcanzaron las riberas del Nilo, por entonces un
conglomerado de marismas y foco de paludismo, escapando de la desertización del
Sahara. Las primeras comunidades hicieron habitable el país, y se estructuraron
en regiones llamadas nomos. Pasado el tiempo y tras épocas de acuerdos y disputas
los nomos se agruparon en dos proto-naciones, denominadas el Alto y el Bajo
Egipto alrededor del año 4000 a. C. Egipto se unifica alrededor del año 3100 a.
C., desde el faraón Menes (Narmer en su nombre egipcio).
La historia del
Antiguo Egipto se divide en tres imperios con períodos intermedios de
conflictos internos y dominación por gobernantes extranjeros. El Imperio
Antiguo se caracterizó por el florecimiento de las artes y la construcción de
inmensas pirámides. Durante el Imperio Medio (2050-1800 a. C.), tras una etapa
de descentralización, Egipto conoció un período de esplendor en su economía. En
el Imperio Nuevo (1567-1085 a. C.) la monarquía egipcia alcanzó su edad dorada
conquistando a los pueblos vecinos y expandiendo sus dominios bajo la dirección
de los faraones de la dinastía XVIII. La última dinastía fue derrocada por los
persas en el año 341 a. C., quienes a su vez fueron reemplazados por
gobernantes griegos y romanos, periodo que comenzó hacia el año 30 a. C. como
resultado de la derrota de Cleopatra y Marco Antonio en la batalla de Actium,
que trajo siete siglos de paz relativa y estabilidad económica. Desde mediados
del siglo IV,
DEL
EGIPTO MEDIEVAL A LA FORMACIÓN DEL ESTADO MODERNO
Tras la muerte de
Mahoma, en 642, se produce la invasión árabe, que asume el gobierno del país
con el beneplácito de los pobladores de entonces, los cristianos coptos. Los
árabes introdujeron el islamismo y el idioma árabe en el siglo VII y gobernaron
los siguientes seis siglos. A finales del siglo X, durante un breve tiempo los
Fatamidas se hicieron con el gobierno. Vendrá a continuación la época de
Saladino que supondrá un renacimiento cultural y económico favorecido por el
espíritu de la Jihad, guerra santa en respuesta a las cruzadas cristianas.
Entre 1250 y 1517, los Mamelucos, que eran parte de una casta militar local,
tomaron el control del gobierno alrededor del año 1250, derrotaron a los
mongoles en su avance imparable por Asia, pero fueron incapaces de impedir la
ocupación del país y el control del gobierno por parte de los turcos otomanos
en 1517. Bajo el gobierno otomano, Egipto quedó relegado a una posición
marginal dentro del gran Imperio otomano. Aunque los Mamelucos recuperaron el
poder por un breve periodo, en 1798 el ejército de Napoleón ocupó el país.
Tampoco duró mucho la ocupación francesa, que apenas dejó huella aunque supuso
el comienzo de los estudios egiptológicos sobre la cultura antigua.
Tras la salida de
las tropas francesas, hubo una serie de guerras civiles entre otomanos,
mamelucos y mercenarios albaneses, hasta que en 1805 Egipto consiguió la
independencia, siendo nombrado sultán Muhammed Alí (Kavalali Mehmed Ali Pasha),
más conocido como Mehmet Alí, quien había llegado al país como virrey o valí
para reconquistarlo en nombre del Imperio Turco, y que llevaría una política
exterior pro-occidental emprendiendo una serie de reformas que combinaban
estrategias tradicionales de centralización del poder con la importación de
modelos europeos para la creación de nuevas estructuras militares, educativas,
industriales y agrícolas, incluyendo planes de regadío, que fueron continuadas
y ampliadas por su nieto y sucesor Ismail Pachá, el primer Jedive.
Tras la apertura
del canal de Suez en 1869, Egipto se convirtió en un importante centro de
comunicaciones, pero cayó a su vez en una fuerte deuda. Los británicos tomaron
el control del gobierno en forma de protectorado hacia 1882, que fue
fuertemente protestado declarándose de nuevo la independencia en 1922, con una
nueva constitución y un régimen parlamentario. Saad Zaghlul fue elegido como
primer ministro de Egipto en 1924 y en 1936 el llamado tratado Anglo-Egipcio le
dio por finalizado.
El turismo es una
de las principales fuentes de ingreso de divisas de Egipto, tanto por los
turistas en sí mismos como por las importantes inversiones realizadas por
cadenas internacionales de hoteles. Por la naturaleza de la actividad
turística, genera un número muy importante de puestos de trabajo, los cuales
incluyen personal de: Agencias de turismo, Hoteles, fabricación y comercialización
de artesanías, transportes, entre otras. Se pueden identificar tres zonas
principales donde se focaliza la actividad turística:
El Cairo y
alrededores: las pirámides de Guiza, junto con la Gran Esfinge (en las afueras
de la ciudad) son las principales atracciones, que se complementan con los
tesoros del museo de El Cairo que exhibe el tesoro de Tutankamón, y el bazar
Jan el-Jalili (Khan el Khalili).
La zona sur: con
Luxor, Karnak, el Valle de los Reyes, Abu Simbel y otras riquezas
arqueológicas, además de cruceros por el Nilo.
La costa del Mar
Rojo y la zona sur de la península del Sinaí: con costas arenosas, es un lugar
famoso por la riqueza y variedad de su fauna y flora subacuática, siendo un
centro de submarinismo de gran renombre. El balneario de Sharm el-Sheij, es un
punto de referencia en la zona, que es servida por numerosos vuelos directos
desde Europa.
TESORO DE TUTANKAMÓN
RELIGIÓN
La religión oficial
en Egipto es el islamismo suní, al que pertenece el 90 % de la población.33 34
35 36 El segundo grupo religioso más grande son cristianos coptos, que
representan el 9 % de la población total. El 1 % restante corresponde a otras
minorías religiosas cristianas, como son los cristianos armenios, católicos y
protestantes.
En Egipto también
vivían judíos, aunque en pequeño número de gran importancia económica. Éstos
abandonaron Egipto después de 1956, cuando las fuerzas armadas de Israel,
Francia y Gran Bretaña atacaron el país.
A principios de los
años ochenta perteneció a los soldados de los grupos islámicos y de la Jihad
Islámica. En 1992 comenzó una campaña de violencia armada, centrado en El Cairo
y el Alto Egipto, cuyo objetivo era establecer un gobierno basado en la estricta
ley islámica. Las víctimas de la violencia fueron principalmente fieles de la
Iglesia Copta, funcionarios gubernamentales y turistas. Organización de
Derechos Humanos determinó que el gobierno egipcio ejerció la discriminación
contra la Iglesia copta. Las leyes relativas a la construcción de iglesias y la
práctica abierta de la religión han disminuido recientemente, pero el trabajo
de construcción importante en las iglesias aún requiere permiso del gobierno.
CULTURA
Antiguo Egipto
Los egipcios erigieron
monumentales complejos funerarios para sus faraones y grandes templos, con
obeliscos en los cuales grabaron los títulos y alabanzas del faraón, con
pinturas representando la vida divina o terrenal. También esculpieron grandes
estatuas pétreas representando a dioses y faraones, y pequeñas piezas de
orfebrería, con metales y piedras preciosas, y labores de artesanía realizadas
en piedra, fayenza o delicadamente talladas en madera. Desarrollaron su propio
sistema de escritura, los jeroglíficos, con sus variantes: la escritura
hierática y posteriormente la demótica, simplificando su grafía. El egipcio fue
de los primeros pueblos en entrar en la Historia, dejando a la posteridad
tratados de medicina, matemáticas y relatos mitológicos e históricos, escritos
en papiros o grabados en piedra o madera.
Durante el período
faraónico, la cultura egipcia mantuvo sus características fundamentales hasta
la época de dominación romana, influyendo culturalmente en todo el Mediterráneo
occidental. Los últimos sacerdotes de Isis, en la isla de File, mantuvieron su
culto hasta que fue prohibido por el emperador romano Justiniano I, en el año
535 de la era común. Alejandría, capital de la Dinastía Ptolemaica –sede de la
célebre Biblioteca–, fue durante siglos el más importante centro cultural del
Mediterráneo y preferente lugar de estancia y estudio de muchos grandes
pensadores de la antigüedad.
EGIPTO
BIZANTINO (395-642)
Egipto cristiano:
la Iglesia Copta fue fundada en Egipto en el siglo I. Su nombre deriva de la
palabra griega (egipcio), trasformado en gipt y después en qibt, de donde
derivó la respectiva voz árabe. Así pues, la palabra copto significa
simplemente ‘egipcio’. El cristianismo impuesto por los emperadores romanos
sustituyó las creencias anteriores hasta la época de la dominación islámica.
Sus patriarcas ejercieron notable influencia sobre el resto de la cristiandad.
Las manifestaciones artísticas de este período egipcio se denominan arte copto.
El idioma copto es la lengua descendiente de la hablada en el Antiguo Egipto.
Dejó de usarse en el siglo XVI, aunque se sigue utilizando como lengua
litúrgica. Tiene un alfabeto propio.
Varias
estatuillas que datan de la época bizantina egipcia fueron halladas dentro de
unos enormes hornos en la zona de Qatur, al noreste del Cairo
EGIPTO
ISLÁMICO
Tras la invasión
árabe, la cultura egipcia se ha diluido en la árabe: ello supone el fin de la
escultura y de la pintura, pero un gran desarrollo de la literatura y de la
protección a las ciencias: Maimónides vivió en Egipto como refugiado al ser
desterrado de Córdoba.
ARQUITECTURA
El arte islámico
importado se desarrolló con influencias locales, sobre todo a partir de los Fatimíes,
y ha creado conjuntos arquitectónicos de gran belleza, que se pueden ver en El
Cairo, en la necrópolis de Asuán, las casas y mezquitas de Rosetta, etc.
Los adornos de
madera, metal, y cristal de roca diferencian la arquitectura egipcia del resto
de la islámica. Bajo los mamelucos se desarrollaron alminares de fustes
superpuestos y cúpulas decoradas con gallones, y aparecieron edificios
diferentes: mezquitas funerarias y madrasas. De esta etapa son la mezquita de
Baybars (circa 1269) o la madrasa del sultán Hasan (circa 1360). Especialistas
en vidrio esmaltado hicieron lámparas que se vendieron por todo el mundo. La
llegada de los otomanos trajo la imposición de los modelos de Estambul.
A finales del siglo
XX, el Estado construyó una gran biblioteca para recordar la de Alejandría.
La expansión del
Islam por Egipto: El Cairo. La mezquita de Amr Ibn al-'As, que alcanza su
tamaño definitivo en 827.
EL
ARTE DE ESCRIBIR
EN EL OCCIDENTE
MEDIEVAL
El arte de escribir
es un hecho eminentemente cultural: responde a la doble voluntad de dar una
forma visible y perenne a un discurso fugitivo en su oralidad y embellecer el
resultado de la fijación gráfica. En el Occidente medieval, conoció, entre los
siglos v y xv, bastantes evoluciones, permaneciendo sin embargo en el ámbito
del manuscrito hasta el descubrimiento de la imprenta, hacia 1430-1450, lo que
permitió reproducir en serie libros con ayuda de caracteres móviles.
Estrechamente
dependiente de sus usuarios, el arte de escribir varía según el tipo de texto
que se fija, el soporte elegido para recibir la escritura y el uso que se
quiere hacer de él. Así, la escritura será diferente en los escritos
documentales (actas diplomáticas, minutas notariales, registros de cuenta...) y
librescos. El recurso a la escritura de aparato y a la caligrafía –ya se trate
de misivas alargadas con preámbulos de cartas o de las adornadas de los libros
litúrgicos –
pretende realzar la solemnidad del texto o incluso el prestigio del
comanditario.
A los soportes
manuscritos tradicionales (el papiro, cuyo uso desaparece a lo largo de la alta
Edad Media, el pergamino y, a partir del siglo xiii, el papel) se añaden la
piedra, la pintura mural, el metal, la madera, el textil, el vidrio y cualquier
otra materia que, esculpida, pintada o moldeada, pueda recibir un texto. En una
sociedad mayoritariamente iletrada, al principio de la Edad Media todavía más
que al final, estos textos a menudo monumentales (epitafios, inscripciones de consagración,
identificación de personajes...) se colocan en lugares que permiten al mayor
número posible de personas verlos; no sabiendo leer, el público puede hacerse
explicar el significado de ellos por un clérigo o un letrado, lo que, durante
mucho tiempo, siguió siendo sinónimo.
Los textos
revisten, de hecho, con o sin ornamentación específica, un carácter simbólico
que expresa el poder de los que controlan el arte de escribir. Casi monopolio
de los clérigos a principios de la Edad Media, penetra primero tímidamente los
estratos más altos de la sociedad laica (soberanos, condes y aristócratas en la
época carolingia) y, a continuación, se difunde al mismo tiempo que se
multiplican los contratos rurales o los juegos de escritura contable que
acompañan el auge económico y comercial y que se estructuran, lo que se
convertirá en las universidades en el siglo xiii. El papel creciente del
notariado a partir del siglo xi en los países meridionales, el desarrollo de
las cancillerías reales y principescas o incluso la renovación de una reflexión
especulativa, nacida por el redescubrimiento de las obras antiguas en el siglo
xii, contribuyeron a ampliar los usos del escrito y el número de sus actores
–redactores, copistas, calígrafos, lectores.
La evolución
morfológica de la escritura ha acompañado todas estas transformaciones. En la
alta Edad Media, el paisaje gráfico estaba parcelado, con escrituras muy
torcidas, como las de la cancillería franca, y el uso, para la realización de
los libros, de formas gráficas muy diversas, más o menos derivadas de la uncial
de la Antigüedad tardía. La reforma de la escritura iniciada por Carlomagno a
finales del siglo viii desemboca en la aparición de la carolina, minúscula
liberada de las ligaduras características de las casillas cursivas y cuyo éxito
incontestable fue reforzado por la estructuración de un sistema de puntuación
que, acompañando la separación de las palabras, incrementa la legibilidad del
texto. La unificación gráfica carolingia sobrevivió al proyecto político de la
que provenía. La carolina dio lugar, a largo plazo, a nuestros caracteres de
imprenta, incluso si, en algunas zonas como la Italia lombarda, se habían
continuado a desarrollar formas propias, relacionadas con la conciencia muy
clara de la identidad llevada por el sistema gráfico.
A partir de los
siglos xi-xii, las nuevas maneras de pensar y escribir implican diversas
evoluciones; reaparecen las escrituras cursivas, que traicionan una
familiaridad mayor con el texto, y, a principios del siglo xiii, las curvas de
los caracteres empiezan a quebrarse, revelando más netamente la estructura de
la palabra para detrimento de la identidad propia de la letra. Éste movimiento
es contemporáneo al desarrollo de la reflexión escolástica y la arquitectura
gótica, que revelan, como la escritura del mismo nombre, las grandes
articulaciones de un discurso a la vez intelectual y monumental, compartido por
los más grandes sabios de la época. Los caracteres góticos, que comportan
mayúsculas y minúsculas, se utilizan tanto en los manuscritos como en las
inscripciones (piedras sepulcrales, tapices murales o piezas de orfebrería
murales), traicionando la difusión de esta nueva cultura gráfica, que se
diversifica a su vez con la proliferación, a partir del siglo xiv, de formas
mixtas (la «bastarda» de la corte en Francia), más o menos barrocas o
caligrafiadas.
El dinamismo del
arte de escribir responde, en este final de Edad Media, a una demanda social
creciente que está lejos de ser independiente de la aparición, en el siglo xv,
de la imprenta. La sed de cultura que marca los principios de la corriente del
humanismo viene así a reforzar el uso tradicional de los escritos en los campos
jurídico, administrativo o religioso: los príncipes y grandes laicos, las
órdenes mendigantes, las universidades reúnen así bibliotecas cada vez más
importantes. La copia manuscrita tradicional, por su ritmo y su coste, ya no
podía convenir al incremento exponencial de la demanda. A partir de principios
del siglo xv circulan impresiones xilográficas, con imágenes pero igualmente
textos; al mismo tiempo, a favor de progresos técnicos diversos, se pone a
punto el sistema de imprenta tipográfica, por caracteres móviles. El hecho de
que Gutenberg, para el primer libro realizado de esta manera en Occidente – la
Biblia –, eligiera vitela e imitara a la vez la escritura y la paginación de un
manuscrito ilustra cómo su descubrimiento representaba una bisagra entre la
Edad Media y el Renacimiento.
El egipcio antiguo
empleaba los tres simultáneamente. En los sistemas logográficos de escritura,
cada símbolo representa toda una palabra.
Empezaron combinando sílabas 200 años después, los
dibujos fueron pasando a esquemas y asi se fueron facilitando los documentos